sábado, 17 de noviembre de 2012

Todos somos parientes



Nadie como nosotros los de pueblo saborea el grato y, a la par, morboso placer de conocer bien a casi todos nuestros vecinos, saber del pie que cojea cada uno, de que quinta es (cómo se decía antes), y lo que le falta para pagar la hipoteca.
Aquí todos somos parientes, es decir a cualquier hora tenemos la vida vendida. Ya puedes ir a donde quieras que enseguida te han visto y no puedes echar mentiras porque te las pillan al vuelo.  Amigos, enemigos, vecinos y familiares, o sea, medio pueblo, te tienen controlado de tal forma que conforme te ven salir  ya saben si vas al médico,  casa de tu suegra o al mercao. Se conocen las copas que has bebido de más y que el vestido que llevas es el que ya te compraste hace diez años.
El espionaje y contraespionaje trabajan a conciencia. A primera hora de la mañana, en panaderías, ambulatorio, bares, balcones y corros en esquinas, ya han intercambiado informaciones de última hora, mucho antes, incluso, que hayan llegado los periódicos a los kioskos. La prensa local es mucho más urgente y sibilina que la nacional porque aquí el tema estrella es el chisme, delicado producto que hay que llevar mucho ojo con lo que se dice y cómo se dice para no llevarte algún disgusto. Sobre todo, en cuestión de faldas -con las ahora frecuentes separaciones, ligues y aventuras de todo tipo-, y la otra importante cuestión de la salud, entre los que están delicados, mal,  los que se han muerto y los que se están muriendo, hay que andar con mucho tiento.
!Placeres de conocernos tanto! Lo malo es que por mucho que te conozcan aún quieren conocerte mas. Y te preguntan con total insolencia lo que harás a mediodía de comida, si tienes tensión, colesterol ó azúcar y qué es ése granico que te ha salido en el brazo. Ahora bien, la pregunta clásica en este pueblo (Ayora, para más información), es aquella que te hace todo quisque conforme te los encuentras: “-¿Adónde vas?-, así, a bocajarro. Lo primero que se te ocurre es contestar:, ...  “y a tí que te importa?”, pero claro pasarías enseguida a la lista de los mal educados,  muy mal visto en los pueblos.
!Dichosas ciudades donde nadie conoce a nadie! Donde no saben que tu abuela fue sirvienta o tu abuelo peón de albañil. Porque eso sí es lo más triste e irremediable de los pueblecitos: que si a tu padre le decían “culo bote”, ya tienes el bote en tu culo para toda la vida, y si tu tatarabuelo le motejaron de “Borrachín”, tú y tus hijos, seréis borrachines por los siglos de lo siglos, Amén.
¿Habrá cosa que proporcione mayor satisfacción que pasar por lo que no eres y echar alguna mentirijilla de vez en cuando a los que te preguntan? Que nadie sepa tus taras ancestrales como que tu tía Manuela era bizca y que tuviste un pariente bandolero?
!Pobres gentes de pueblo, siempre con el plumero al aire! !No poder engañar a nadie con lo bonico que es eso!

JOSE MARTINEZ SEVILLA   

Visita www.ayoraonline.es la web de Ayora y su Valle, donde encontraras actualidad, servicios, empresas, establecimientos y sobre todo la tienda online de productos naturales y artesanos del Valle de Ayora



1 comentario:

  1. Pero como me ha gustado leer esto, ha conseguido que me ria, a todos nos pasa lo que cuentas ¡¡¡cuanta razón!!! así son de entretenidos los pueblos y aún así la mayoría no cambiariamos vivir en otro sitio.

    ResponderEliminar